Papa Francisco invitando a las familias a rezar el Rosario en sus casas durante el mes de mayo.
A María: “haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad”.
GUIA DE SANTO ROSARIO
Con voz de júbilo, anúncienlo; que se oiga. Que llegue a todos los rincones de la tierra: el Señor ha liberado a su pueblo. Aleluya. Cfr. Is 48, 20
Gloria
(Cuando se requiera, este himno puede recitarse o cantarse:)
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre
Amén.
Dios todopoderoso, concédenos continuar celebrando con incansable amor estos días de tanta alegría en honor del Señor resucitado, y que los misterios que hemos venido conmemorando se manifiesten siempre en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. La multitud escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los milagros que hacía y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos, lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados quedaban curados. Esto despertó gran alegría en aquella ciudad.
Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan. Éstos, al llegar, oraron por los que se habían convertido, para que recibieran el Espíritu Santo, porque aún no lo habían recibido y solamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces Pedro y Juan impusieron las manos sobre ellos, y ellos recibieron el Espíritu Santo.
R. Aclamad al Señor, tierra entera. O: Aleluya.
Aclamad al Señor, tierra entera,
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: “Qué temibles son tus obras.”R.
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R.
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente. R.
Fieles de Dios, venid a escuchar;
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R.
Hermanos: Veneren en sus corazones a Cristo, el Señor, dispuestos siempre a dar, al que las pidiere, las razones de la esperanza de ustedes. Pero háganlo con sencillez y respeto y estando en paz con su conciencia. Así quedarán avergonzados los que denigran la conducta cristiana de ustedes, pues mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal. Porque también Cristo murió, una sola vez y para siempre, por los pecados de los hombres; él, el justo, por nosotros, los injustos, para llevarnos a Dios; murió en su cuerpo y resucitó glorificado.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
Aleluya, aleluya.
El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor, y mi Padre lo amará y vendremos a él. Jn 14, 23
Aleluya, aleluya.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; ustedes, en cambio, sí lo conocen, porque habita entre ustedes y estará en ustedes.
No los dejaré desamparados, sino que volveré a ustedes. Dentro de poco, el mundo no me verá más, pero ustedes sí me verán, porque yo permanezco vivo y ustedes también vivirán. En aquel día entenderán que yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en ustedes.
El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él”.
Palabra del Señor. Gloria a Ti Señor Jesús.
Credo Niceno
Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato,
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Si me aman, cumplirán mis mandamientos, dice el Señor; y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Abogado, que permanecerá con ustedes para siempre. Aleluya. Jn 14, 15-16
Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Si me aman, cumplirán mis mandamientos. (Juan 14, 15)
Por lo general, obedecemos las leyes del tránsito por razones de seguridad y para evitar una multa. En una competición, uno obedece las reglas de clasificación para poder optar al premio; del mismo modo seguimos atentamente las instrucciones cuando queremos aprender alguna destreza o hacer un buen trabajo.
Jesús nos pide que seamos obedientes, pero que lo hagamos por amor. Nosotros obedecemos a Cristo porque lo amamos, porque estamos agradecidos de su muerte en la cruz. ¡Qué inmenso es el amor que él nos ha demostrado! Cuando pensamos en esto, nos sentimos atraídos hacia Dios y deseosos de que él pueda usarnos para cumplir sus designios divinos.
Cuando obedecemos los mandatos de Jesús, demostramos que lo amamos, y al mismo tiempo preparamos nuestra morada interior para la presencia del Espíritu Santo. “Yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad” (Juan 14,16). Si somos obedientes, podemos recibir el don del amor de Dios, el Espíritu Santo, que nos revela a Jesús en toda su gloria.
Quizás pensemos que solo podremos ser obedientes cuando tengamos la plenitud del Espíritu, pero en realidad es al revés: Los obedientes son los que pueden experimentar la plenitud del Espíritu. No importa dónde nos encontremos en nuestra vida cristiana, ahora mismo podemos empezar a obedecer los mandatos de Dios.
Una manera de amar a Dios es acercándonos a él diariamente en la oración y en la meditación de su Palabra. También se nos pide amar al prójimo como Cristo nos ama a nosotros. Si nos damos cuenta de que hemos dañado a alguien, causándole dolor o perjuicio, la forma de mostrar el amor de Cristo es arrepentirnos y pedir perdón; y perdonar a los que nos han ofendido o dañado a nosotros.
Si somos dóciles a los impulsos del Espíritu, él nos dará la capacidad de ser obedientes y nos mostrará el camino de la santificación.
“Señor Jesucristo, te amo con toda mi alma. Ayúdame a amar también a mis semejantes.”
Hechos 8, 5-8. 14-17
Salmo 66 (65), 1-7. 16. 20
1 Pedro 3, 15-18
Gracias, Señor, por pertenecer a la Iglesia.
Somos tu Iglesia Santa
Te damos gracias, Padre Santo,
porque en el templo, la casa visible que construimos en tu honor,
reúnes y proteges sin cesar a la familia que peregrina hacia Ti,
tu iglesia santa, que somos todos nosotros.
Haz que un día, todos juntos, estemos en tu casa del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Rezar: Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
CREO EN LA IGLESIA CATOLICA
¿POR QUE ES UNA, SANTA, CATOLICA Y APOSTOLICA? ¿PUEDE REALMENTE LA IGLESIA PERDONAR LOS PECADOS?
PARTE 1.- CREO EN LA SANTA IGLESIA, UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA. Leer con tus padres esta hoja.
1.- ¿Por qué sólo puede haber una Iglesia?
Así como sólo existe un único Cristo, sólo puede existir un único cuerpo de Cristo, y por tanto sólo una única Iglesia de Cristo. Él es la Cabeza; la Iglesia, su Cuerpo. Juntos forman el «Cristo total» (san Agustín). Así como el cuerpo tiene muchos miembros, pero es solamente uno, así la Iglesia una existe en y está formada por muchas Iglesias particulares (diócesis).
2.- ¿Qué debemos hacer por la unidad de los cristianos?
Debemos escuchar las palabras y los hechos de Cristo, cuya voluntad declarada es «que todos sean uno»
3.- ¿Por qué es santa la Iglesia?
La Iglesia no es santa porque todos sus miembros sean santos, sino porque Dios es santo y actúa en ella y por ella. Todos los miembros de la Iglesia están santificados por el bautismo.
4.- ¿Por qué se llama católica la Iglesia?
«Católico» (del griego katholon) quiere decir estar referido a la totalidad. La Iglesia es católica porque Cristo la ha llamado a confesar toda la fe, a conservar y dispensar todos los -> SACRAMENTOS y a anunciar a todos la Buena Noticia; y la ha enviado a todos los pueblos.
5.- ¿Quién pertenece a la Iglesia católica?
Pertenece a la plena comunión con la Iglesia católica quien se vincula a Jesucristo en unidad con el -» PAPA y los -» OBISPOS mediante la confesión de la fe católica y la recepción de los -* SACRAMENTOS.
6.- ¿Por qué la Iglesia se llama apostólica?
La -HGLESIA se llama apostólica porque, fundada sobre los -» APÓSTOLES, mantiene su tradición y es guiada por sus sucesores.
Jesús llamó a los -> APÓSTOLES como sus más estrechos colaboradores. Fueron sus testigos oculares. Después de su Resurrección se les apareció en varias ocasiones. Les concedió el Espíritu Santo y los envió como sus mensajeros autorizados por todo el mundo. En la Iglesia primitiva eran los garantes de la unidad. Su misión y poder los transmitieron, mediante la imposición de las manos, a los -> OBISPOS, SUS sucesores. Así se hace hasta hoy. Este proceso se denomina -> SUCESIÓN APOSTÓLICA.
7.- ¿Cómo está estructurada la Iglesia una, santa, católica y apostólica?
En la Iglesia hay-> LAICOS y clérigos (^CLERO). Como hijos de Dios tienen la misma dignidad. Tienen misiones de igual valor, pero diferentes. La misión de los laicos es orientar el mundo entero hacia el reino de Dios. Junto a ellos están los ministros ordenados (clérigos) con los ministerios del gobierno de la Iglesia.
8.- ¿Puede realmente la Iglesia perdonar los pecados?
Sí. Jesús no sólo perdonó él mismo los pecados, también confió a la Iglesia La misión y el poder de librar a los hombres de sus pecados.
Mediante el ministerio del sacerdote se concede al pecador el perdón de Dios y la culpa queda borrada tan completamente como si nunca hubiera existido. Esto lo puede realizar un -> PRESBÍTERO sólo porque Jesús le hace partícipe de su propio poder divino de perdonar pecados.
9.- ¿Qué posibilidades hay en la Iglesia para el perdón de los pecados?
El perdón de los pecados se da fundamentalmente en el -» SACRAMENTO del Bautismo. Después es necesario el sacramento de la Reconciliación (Penitencia, Confesión) para el perdón de los pecados graves. Para los pecados veniales se recomienda también la Confesión. La lectura de la Sagrada Escritura, la oración, el ayuno y la realización de buenas obras tienen también un efecto expiatorio.
PARTE 2 CONOCE TU FE CATÓLICA. Leer con tus padres sobre El Santo Rosario. (Parte de abril y mayo hablaremos del Santo Rosario, se colocará también en el apartado de Santo Rosario)
PARTE 3 FORMACIÓN LITÚRGICA - MI TEMPLO: A CADA COSA POR SU NOMBRE. LEER CON LOS PADRES DE FAMILIA
El templo, como edificio que es, también tiene diferentes secciones o partes, en ellas se realizan las variadas actividades Litúrgicas, así: en el bautisterio
se celebra el sacramento del bautismo, en la sacristia se guardan los ornamentos y se preparan los sacerdotes para las celebraciones, en el coro se coloca el órgano,
en el ambón se leen las lecturas, etc.
La iglesia o templo católico: La iglesia es un lugar que está construido especialmente para que nos podamos reunir todos juntos como familia de Dios, para que todos juntos podamos demostrarle a Dios nuestro cariño, podamos hablar con él o celebrar.
La credencia
Es una mesita pequeña en la cual se apoyan los elementos que se utilizan durante la misa.
Confesionario
Lugar donde confiesa el sacerdote.
REPASAR ORACIONES CON TUS PADRES: Como meta de esta semana seguir memorizando EL CREDO.